martes, octubre 26, 2004

Regios-Un Afán de Superación Mal Entendido-

Una Colaboración de Ing. Angel Castillo (Elta Chonder Echo)

Es de todos sabido y de todos entendido que el afán de de superación y el gran culto al trabajo como medio para obtener gran cantidad de sartisfactores son componentes inherentes en la gran mayoría de los habitantes de esta semi-mega polis llamada Monterrey México.

Día con día y minuto a minuto cientos de regiomontanos, hacen lo que supuestamente saben hacer mejor, por lo cual reciben muy merecidamente una recompensa monetaria, que les permite vivir mejor.

Por otro lado los oferentes de satisfactores han visto en Monterrey desde hace buen tiempo una oasis de oportunidades de bien invertir su dinero para ofrecerles a los regios paraísos del consumo, todo esto ha redundado en conformar una ciudad de verdad no como el Monterrey de hace 20 años que era un autentico pueblo grandote.

El esfuerzo que transpiran día con día casi todos lo regiomontanos les ha permitido tener en general un nivel de vida machísimo mas decoroso que el global del los regiomontanos de hace 30 0 40 años. Pero, nos preocupamos de sobre manera por el nivel de vida y nos olvidamos de buscar una buena calidad de vida.

Hasta ahí todo va medianamente bien, el pequeño problema es que esa actitud siempre de esforzarse día con día nos ha llevado a auto recetarnos un ritmo de vida sumamente acelerado en el que no nos queda tiempo para atender todas las "pequeñas cosas sin importancia".

La superación enfermiza la hemos llevado aun a nuestros pasatiempos como el fútbol espectáculo. Los Regios no sabemos disfrutar el fútbol tal como es, esperando una buena jugada o un buen gol que nos llene momentáneamente nuestro espacio de entretenimiento. Queremos que nuestros equipos sean invencibles y campeones todas las temporadas. Y esto no se limita al fútbol, sino a todos los deportes competitivos.

Ese afán de superación confundido con afán de SUPERIORIDAD nos convierte en verdaderos energúmenos de la ciudad. Todas nuestras acciones las desarrollamos en función de ser superiores a los demás.
El delirio de competencia a llegado a tal grado de que por ejemplo el semáforo es ya una simple ornamenta urbana. Pasar al crucero aun después de que cambio a rojo no hace sentir superiores y mas "picudos" que los demás que no pudieron pasar". Nos sentimos mas listos que la compañía de televisión de paga porque preferimos alimentar a un emprendedor pirata que nos vendió su aparatito roba señales.

Y así se pueden mencionar innumerables ejemplos de la picudencia regia.

Lo peor de todo es que cuando se hace alguna critica estas verdades los Regios tendemos a poner el grito en el cielo y a rebatir, incluso con insultos a quien hace la critica, ¿será que la agresiva reacción es parte del mismo estilo citadino de los regios?.