Memorias de un CyberCafé

Las Palabras más Díficiles de Decir

Hace algunas semanas en una reunión con familiares políticos mencioné una frase que desde que la leí, no se donde ni de quien, la tengo muy grabada en mi mente.

“Los resultados de hoy son consecuencia de decisiones tomadas en algún momento del pasado.”

Que gran verdad encierran esas palabras y creo que a nadie se le puede culpar por las viscisitudes que pasamos ni podemos darle mérito tampoco por los éxitos y triunfos que obtengamos. Simple y sencillamente, los resultados son consecuencias de decisiones tomadas. Igualmente no podemos clasificar los resultados como buenos ó malos, simplemente son resultados de nuestras decisiones y como tal es factible cambiarlos en alguna forma.

Con esto quiero decir que lo que llamamos mala ó buena fortuna no viene de alineaciones planetarias ni de llevar en la bolsa una pata de conejo, tampoco nos ayuda el jabón perfumado con esencias del Tíbet que usamos para el baño diario. Todo es resultado de decisiones tomadas en algún momento de la existencia.

Si en algún momento decidí estudiar una carrera profesional y luego una maestría. Más tarde alguien me ofreció un magnifico empleo que me dio casa, auto y seguridad financiera. La decisión de haberme inscrito en la universidad fue el disparador inicial para los acontecimientos.

Sí decidí echarme el compromiso de contratar un crédito para una lujosa casa durante una época turbulenta e inestable, sería necio culpar a alguien sí por alguna razón pierdo el empleo y después no puedo pagar las mensualidades por falta de ingresos y termino siendo desalojado de aquella casa “de mis sueños”. En este caso la decisión temeraria fue la causante de las penas.

La mejor receta para la buena fortuna no son los amuletos ni las barridas con hierbas mágicas ni tampoco los trabajos esotéricos con limpias y exorcismos. Debemos aprender a tomar buenas decisiones.

Si en algún momento tenemos dudas sobre la decisión que vamos a tomar no es correcto tomar el camino fácil de la abstención. Deberíamos consultar, deberíamos escuchar lo bueno y lo malo, que acerca del tema, tengan que decirnos los conocedores del mismo.

Pero ¡Cuidado!, tiene que ser alguien que en verdad conozca el tema. Si no contamos con alguien de plena confianza que nos pueda aconsejar, al menos debemos preparar una ruta de escape ó Plan “B” en caso de que las cosas no resulten como esperamos.

Siguiendo con el ejemplo de la casa, debemos pensar como hacer para pagar las mensualidades si llegamos a quedar sin ingreso (sea por desempleo, incapacidad etc.). Si fallamos en hacerlo esa nueva decisión, conjugada con una serie de circunstancias, desencadenaría en eventos muy desagradables.

Creo que en el caso del ejemplo, como en muchas otras decisiones de nuestras vidas, es necesario armarnos de valor y decir NO PUEDO si acaso falta certidumbre y no hay la posibilidad de una ruta de escape.

NO PUEDO, ese par de palabras, esa frase tan sencilla, es lo más difícil de expresar cuando estamos decidiendo acerca de algo que queremos, deseamos ó necesitamos. Pero créanme, vale la pena tener el valor y aprender a hacerlo.

Se que el hubiera no existe, pero si hubiera tenido el valor y las agallas de haber dicho esa frase en algunos momentos de mi pasado, en la actualidad viviría en otro universo paralelo donde quizá no todo fuera “color de rosa” pero al menos sería diferente al universo actual.

posted by Don Cuco @ 8:07 a.m.